Las tabernas en el mapa de Madrid

viernes, 7 de junio de 2013

Casa Camacho

Casa Camacho está en la Calle San Andrés, 4, cerca de la Plaza Marqués de Santa Ana, en Malasaña.



Un poco de historia

Abierto en 1929 como almacén de aguardiente.

Juan Madrid lo menciona en sus novelas "Bares nocturnos" y "Los hombres mojados no temen la lluvia". Cuenta que durante años lo regentó el Camacho del nombre, un miliciano de la república que contaba a los parroquianos historias de la guerra.

Los actuales propietarios son Jesús, Santiago y Miguel, tres hermanos oriundos de Sanabria que adquirieron el local en 1980.

Comidas y bebidas

Para beber: Dos Yayos (vermouth, ginebra y casera)
Tapas gratis: Bravas
Total: 4 euros


Otras raciones: almejas y navajas en lata, anchoas y boquerones.


Opinión

Los yayos son capaces de resucitar a un muerto. Es agradable el ambiente de bar de los de toda la vida. Su público es variopinto y sus camareros singulares.

Establecimiento:

Pequeño, sin sitio para sentarse. Para ir al baño hay que pasar por debajo de la barra. Detrás del mostrador hay barriles de madera que en su tiempo guardaban vino. Junto a la pared se alinean botellas polvorientas.



Horario:

Lunes a sábado: de 12:00 a  01:30 horas. Domingo cerrado.

Teléfono: 91 531 35 98

10 comentarios:

  1. detectives salvajes7 de junio de 2013, 9:24

    ¡Todo un carácter, esta bodega!

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  2. Parece ser mas un museo pero esta hermoso. Saludos

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  3. Mira que conozco Malasaña y la Plaza del Dos de Mayo, y he pasado por delante de Casa Camacho y nunca he entrado. Con tu entrada, me has invitado a ello. Sobre todo porque das pistas de lo que pedir.

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    1. La verdad es que yo también había pasado mil veces por delante sin "verlo". Y sí, no lo dudes, pide un "yayo" y algo para acompañar :)

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  4. Es un sitio espectacular
    El trato muy bueno

    Y los yayos están de miedo

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    1. Jajaja, y uno se da miedo a si mismo después de tomar un yayo, no he visto cosa que suba más rápido.

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  5. Un poco de limpieza no le vendría mal, la única vez que entre correteaba por la vitrina de los aperitivos un insecto singular... En todos los locales ubicados en los bajos de edificios centenarios, mal restaurados y peor acondicionados, la llegada del calor puede traer sorpresas desagradables si el dueño no es diligente.

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    1. Me atrevería a decir que la roña forma parte del encanto, de un encanto que sin duda desaparecerá con la jubilación de los dueños...

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