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Un poco de historia
Abierto en 1929 como almacén de aguardiente.
Los actuales propietarios son Jesús, Santiago y Miguel, tres hermanos oriundos de Sanabria que adquirieron el local en 1980.
Comidas y bebidas
Para beber: Dos Yayos (vermouth, ginebra y casera)
Tapas gratis: Bravas
Total: 4 euros
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Otras raciones: almejas y navajas en lata, anchoas y boquerones.
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Opinión
Los yayos son capaces de resucitar a un muerto. Es agradable el ambiente de bar de los de toda la vida. Su público es variopinto y sus camareros singulares.
Pequeño, sin sitio para sentarse. Para ir al baño hay que pasar por debajo de la barra. Detrás del mostrador hay barriles de madera que en su tiempo guardaban vino. Junto a la pared se alinean botellas polvorientas.
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Horario:
Lunes a sábado: de 12:00 a 01:30 horas. Domingo cerrado.
Teléfono: 91 531 35 98
¡Todo un carácter, esta bodega!
ResponderEliminarEs casi un museo más que una bodega :)
EliminarParece ser mas un museo pero esta hermoso. Saludos
ResponderEliminarSí, el museo de la botella :)
EliminarMira que conozco Malasaña y la Plaza del Dos de Mayo, y he pasado por delante de Casa Camacho y nunca he entrado. Con tu entrada, me has invitado a ello. Sobre todo porque das pistas de lo que pedir.
ResponderEliminarLa verdad es que yo también había pasado mil veces por delante sin "verlo". Y sí, no lo dudes, pide un "yayo" y algo para acompañar :)
EliminarEs un sitio espectacular
ResponderEliminarEl trato muy bueno
Y los yayos están de miedo
Jajaja, y uno se da miedo a si mismo después de tomar un yayo, no he visto cosa que suba más rápido.
EliminarUn poco de limpieza no le vendría mal, la única vez que entre correteaba por la vitrina de los aperitivos un insecto singular... En todos los locales ubicados en los bajos de edificios centenarios, mal restaurados y peor acondicionados, la llegada del calor puede traer sorpresas desagradables si el dueño no es diligente.
ResponderEliminarMe atrevería a decir que la roña forma parte del encanto, de un encanto que sin duda desaparecerá con la jubilación de los dueños...
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