Un poco de historia
El edificio donde se sitúa Vinos el 11 data de 1875. Al principio había una botica en este local que se transformó en taberna a finales del siglo XIX. Hasta 1972 sólo se despachaba vino con el arte del medidor, llegándose a despachar 16 arrobas (256 litros) de vino diarias. Según cuenta Antonio Pasies en 1974 se haría con ella Eugenio Humanes y a su muerte en 1984 pasa a manos de uno de sus empleados: Daniel Iglesias que ayudado por su esposa Argentina le da un aire nuevo. Empieza a servir embutidos, escabeches, etc. Fue uno de los taberneros más conocidos de Madrid, famoso por tirar los chatos de vino de Valdepeñas exactamente a la misma altura. Actualmente regenta el establecimiento su hijo Daniel.
Como curiosidad, en ella se rodo parte de la película Un franco, 14 pesetas.
Comidas y bebidas
Para beber: caña de Amstel y vermouth de grifo.
Tapas gratis: 2 pinchitos de chicharrones
Ración recomendada: 1/2 ración de queso manchego
Total: 9,7 euros
Otras raciones: Jamón ibérico de bellota, lomo, cecina, bonito, berberechos, mejillones....
Opinión
Un buen sitio para tomar el aperitivo, sin cocina. La cerveza bien tirada, el queso excelente. El camarero es muy amable aunque no me quiso decir el origen del queso, secreto de la casa :). El ambiente, muy popular, gente de toda la vida tomando el aperitivo y hablando de la distinción entre el chato y la copa, hacía años que no oía hablar de chatos de vino.
Horarios: De 12:00 a 15:30 horas y de 20:00 a 00:00 horas. Cierra los domingos y los lunes por la mañana.
Teléfono: 91 365 26 21
¡Me encanta! No quiero perdérmela cuando devenga la ocasión en Madrid. Esto de ser localización cinematográfica, le añade encanto.
ResponderEliminarPues ya nos tomaremos unos chatos cuando vengas por aquí, seguro que cuestan algo más que 14 pesetas :)
EliminarAún me acuerdo -si la memoria no me falla- de lo admirados que quedaran los protagonistas de la película en conocer en Suiza, los rollos de papel higiénico. Espero yo también maravillarme con este queso tan especial.
ResponderEliminarEsa peli me llenó de tristeza por lo pobres que fuimos, por la gente que tuvo que emigrar, por los que no pudieron adaptarse al volver
EliminarTotalmente de acuerdo...
ResponderEliminarLo mismo me ha pasado a mi: la palabra "chato" de vino ya la tenía para guardar en el diccionario de la memoria (que es muy floja ya). Y me trae muchos recuerdos. Ahora, los entendidos, hablan del tipo de uva para pedir un "vino": ponme un "chardonnay", un "verdejo", un... Ya conozco dos tabernas que lo llaman así, "Taberna Antonio Sánchez", en Mesón de Paredes, 13 y esta de la que nos hablas.
ResponderEliminarMañana mismo, tal vez esta tarde, me pasaré por ahí. Pediré un "chato", o dos, o...
Gracias Alice
Jajaja Enrique, hemos pasado de pobres a nuevos ricos en un tiempo récord por enlazar con el comentario anterior. De vinos no entiendo nada, por eso casi no los menciono, prefiero la cerveza o un vermouth a la hora del aperitivo. A la Taberna de Antonio Sánchez le dedicaré mi próxima entrada, ya la tengo escrita, espero que vuelvas a contarnos qué tal el chato.
EliminarViví en la calle de la Paloma, así que otro sitio por el que pasaba a diario y en el que jamás entré.
ResponderEliminarClaro, si hubiera tenido este blog a mi disposición, hubiera sabida que tenían ese queso con tan buena pinta.
Hija Loque, qué poca curiosidad la tuya, yo taberna que veo, entro.
Eliminar¡Qué bueno estaba todo! Fantástico ese queso cuyo nombre es secreto de la casa, pero también eran excelentes el jamón y la cecina. Un descubrimiento.
ResponderEliminarPues sí Rosa, doy fe de que el jamón y la cecina también eran excelentes, ¡lástima que se me pasara hacer un par de fotos para añadirlas a la entrada!.
EliminarMe ha hecho mucha ilusión leer los comentarios de nuevo, prácticamente dos años después, habiendo ya conseguido realizar la utopía: conocer las tabernas, en vivo y en directo, que describes en tu blog. Y justamente ha sido ésta la primera: Casa Dani. Fue un rato estupendo. El vermut muy rico y el queso extraordinario. Dani, un encanto de persona, cordial y conocedor de su ciudad. Conversaciones que podían alargarse eternamente. Recordaré cómo nos contaba que cuando nos vio acercarnos a la puerta, pensó que bien podría ser alguien que bien le venía a poner una multa o bien llevaba una recomendación. Ello era porque llevaba yo, delatándome, un papel impreso: era una copia de la reseña, ésta misma, de la taberna. Yo creo que todo aquel que se acerque a ella irá siempre con ganas de festejar. No se puede hacer otra cosa allí. Casa Dani es de campanillas, preciosa. Y con respecto a la blogera, no hay mejor recomendación que seguir este blog para conocer el maravilloso mundo de las tabernas madrileñas. Dos días después, otras más fueron debidamente guiadas y contrastadas... y acompañadas.
ResponderEliminarMe alegra que haya cumplido tus expectativas Detectives salvajes. Es un placer descubrir y disfrutar de sitios tan auténticos donde se conserva la esencia del pasado bien instalada en el presente.
EliminarEn Casa Dani a parte del queso sobresalen los chicharrones para mi los mejores de Madrid no le preguntes al dueño de donde son tampoco te lo dirá.
ResponderEliminarSí, nos los pusieron de tapa, estaban ricos aunque no es uno de mis embutidos favoritos. También son muy buenos los de Casa Paco.
EliminarDesde 1840 hay noticias en la prensa sobre una taberna en Calatrava 11:
ResponderEliminar"En una taberna de la calle de Calatrava número 11, pudo haber en la noche del 30 de marzo último un suceso desagradable, pues hallándose en ella dos sugetos llamados Gregorio Jimenez y Victoriano Moya, habitante el primero en la citada calìe y el segundo en la del Bastero, fue insultado el Jimenez por el Moya, sacando este una navaja con la cual le acometió; pero la casualidad hizo que por retirarse el ofendido oportunamente, solo le pasase el pantalón y ocasionase un arañazo ó rozadura en la piel hacia el estómago, con cuyo motívo se instruyen diligencias".
EL CORREO NACIONAL 04/04/1840
La botica (Farmacia de Labiaga) no estuvo en este local sino en el otro que hay en esta finca. En 1913 se trasladó a la calle de Toledo número 72.
En el "Anuario del comercio, de la industria, de la magistratura y de la administración" de 1881 aparecen ambos comerciantes, en la sección Oficinas de Farmacia, "Labíaga (Ramón), Calatrava, 11" y en la sección Tabernas, "Luiña (Domingo), Calatrava, 11".
Gracias por la reseña Osoyoga, maravillosa evocación de un pasado donde uno saca la navaja por un insulto, ocasiona un arañazo y pese a ello ¡sale en los periódicos!
EliminarAquí te lo dejo, Alice. Un saludo: https://www.facebook.com/bcnBotiguersAmbHistoria/photos/a.2692989824249707/2745616162320406/?type=3&theater
ResponderEliminarGracias!
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